En esencia, el corte láser es un proceso de fabricación que usa un haz de luz muy concentrado y pequeño para cortar y grabar diseños, patrones y formas en distintos materiales. Este proceso de fabricación es ideal para ciertos materiales como la madera, cristal, papel, plástico, cartón y metal.
El corte láser se utiliza para crear patrones y diseños en materiales mediante (como el nombre indica) el corte de los mismos. Un haz de luz con mucha energía es el encargado de derretir, quemar o vaporizar el material.
La cortadora láser se compone de distintas partes:
Resonador Láser: el haz de luz se crea desde un resonador, que es un tubo de cristal cerrado con dos espejos, uno enfrente del otro. El tubo está lleno de CO2 y otros gases como el hidrógeno, nitrógeno o helio. Cuando se inicia la máquina, se genera una descarga eléctrica que estos gases transforman en luz.
Cabeza de Corte: la luz rebota en distintos espejos que están posicionados de forma que el láser llegue a la cabeza de corte. Una vez que el haz de luz llega hasta aquí, pasa por una lente curva que lo magnifica y enfoca en un solo punto (esto es parecido a usar una lupa para hacer fuego con la luz del sol) que hace que sea capaz de cortar y grabar. Normalmente, la cabeza de corte está asociada a un sistema mecánico con una cinta o cadena, que hace que pueda moverse con precisión sobre un área.
Distancia de Corte: siempre se mantiene una distancia entre el material y la boquilla por la que sale el láser. Esta distancia es muy importante, ya que determina el punto de enfoque. Generalmente, cambiar este punto de enfoque afecta a la calidad del corte láser.
El haz de luz de una cortadora láser suele tener un diámetro de 0,1mm y 0,3mm y una potencia de aproximadamente 1-3 kW. Esta potencia se ajusta dependiendo del material y su espesor. Para cortar materiales reflectantes como puede ser el aluminio, se puede necesitar una cortadora láser de unos 6 kW de potencia.
Esto es debido a que los metales tienen una gran capacidad de conductividad térmica y reflejan la luz, por lo que el calor (y por ende energía) aplicado tiene que ser muy alto para vencer estas barreras.
Existen 3 tipos o variedades de corte láser a día de hoy:
Este tipo de corte láser usa el oxígeno como gas de soporte. Este gas se sopla sobre la hendidura del corte a grandes presiones. El material reacciona al oxígeno, se quema y se oxida. Esta reacción produce energía, que ayuda al láser a tener más potencia. Este tipo de corte láser se suele utilizar en metal.
Un gas inerte como el nitrógeno ayuda al láser a retirar el material derretido del área de corte mediante soplado. Esto hace que la energía necesaria para realizar el corte sea mucho menor. Este tipo se utiliza para metales en general.
Un láser de alta intensidad evapora (sublima) el material, haciendo que se puedan cortar láminas con poco espesor sin necesidad de un gas de soporte. Este tipo de corte láser se utiliza para materiales no metálicos.
Hoy en día, el corte láser se usa en muchas industrias distintas: desde
electrónica hasta medicina, pasando por la industria automotriz y aeroespacial, entre otras.
Una de las aplicaciones más comunes es la de cortar metal (acero, aluminio, etc). Aunque el láser también se usa para cortar cerámica, silicona y otros
no metales como cartón.
Quizás una de las más interesantes es el uso del corte láser para cirugía, donde el láser está sustituyendo al bisturí. Esto es especialmente útil en procedimientos que necesitan una gran precisión como la cirugía en los ojos.
El corte láser tiene distintas ventajas y beneficios dependiendo del uso que se les dé.
Las ventajas principales son la alta precisión y capacidad de producción que otorga. Además, las máquinas de corte láser son mucho más baratas que las máquinas de mecanizado (CNC). Por último, tienen también la ventaja de aceptar muchos tipos de materiales distintos y de ser un proceso que no necesita apenas manipulado por parte de una persona, por lo que reduce las posibilidades de contaminación (esto es especialmente cierto en entornos quirúrgicos).